¿Por qué hay que vacunarse?, te decimos claramente que las vacunas salvan vidas. Así de tajante es la última campaña de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo de la Semana Internacional de la Inmunización, celebrado a nivel global durante la última semana de abril.
La institución recuerda, con ello, la importancia de la vacunación en los primeros años de vida y la necesidad de cumplir con el Plan de acción para garantizar el desarrollo sostenible y la seguridad sanitaria a nivel mundial.
España mantiene una de las tasas más elevadas de vacunación infantil de todo el Planeta, con más de un 95% de los niños vacunados aunque, poco a poco, las familias que deciden no cumplir con el calendario de inmunización van ganando posiciones. Analizamos las dos caras de una misma moneda, la de la inmunización infantil, para saber por qué es una necesidad y una obligación vacunar a los niños.
¿Por qué debo vacunar a mi hijo?
La mayor parte de los expertos, la OMS, los gobiernos nacionales y las autoridades sanitarias lo tienen claro: la inmunización salva millones de vidas. Así lo afirman los estudios realizados a lo largo y ancho del territorio mundial en los que los datos demuestran la influencia de la aplicación de estas inyecciones en la remisión o total erradicación de enfermedades como la viruela o la polio.
La vacunación de los niños es su derecho y una obligación de los padres, según los pediatras, porque protegen su salud frente a enfermedades de riesgo elevado (llegando a frenarlas o eliminarlas), previenen patologías degenerativas, son seguras y efectivas, son solidarias (protegen a la persona vacunada y a su entorno) y pueden ahorrar muchos gastos futuros.
Movimiento antivacunas
Las vacunas estás constituidas por formas debilitadas o muertas del patógeno que causa una enfermedad o infección. Cuando son suministradas al organismo, este reacciona, genera los anticuerpos necesarios para hacerle frente y los guarda en la memoria inmunitaria para posibles futuras agresiones. Pero esta explicación no es aceptada por todas las familias. Primero en Estados Unidos y ahora en España, se ha extendido una tendencia contraria a la inmunización basada en inyecciones que afirma que lo que se cura y previene por un lado, deriva en otra infección o enfermedad por otro.
Ya sea por mala información, por la defensa a ultranza de “lo natural” como pilar de todos los ámbitos vitales o por malas experiencias personales, el movimiento antivacunas está ganando cada vez más adeptos. Entre sus argumentos figuran afirmaciones como que se trata de un movimiento de las industrias farmacéuticas para ganar dinero o que los efectos positivos eclipsan a los negativos. Una de las manifestaciones más recientes y sonadas de este movimiento en España se produjo en redes sociales y contra las explicaciones de una pediatra de renombre durante la Semana de la Inmunización.
¿Qué pasaría si dejo de vacunar a mi hijo?
Los datos y estudios científicos demuestran que las vacunas son un mecanismo de control médico a nivel mundial. Los expertos y gobiernos implicados con la defensa de la inmunización insisten en cumplir con el calendario de vacunas para:
- Evitar recuperar la incidencia de enfermedades infecciosas que supusieron un problema de salud en épocas anteriores.
- Frenar el avance de otras dolencias que aún no se han controlado.
- Seguir salvando vidas.
Aunque nadie puede asegurar el 100% de la efectividad, los pediatras declaran que los beneficios de la vacunación en niños son mucho mayores que los posibles riesgos. Por ello, invitan a todos los padres a continuar con su aplicación y comprobar su efectividad.
Referencias
- Motivos de no vacunación: un análisis crítico de la literatura internacional, 1950-1990. Centro de Investigación en Sistemas de Salud. Instituto Nacional de Salud Pública, Morelos-México.