Salmonelosis: uno de los monstruos del verano

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Tápers con alimentos fresquitos para la playa, comidas fuera de casa o un descuido en la cocina pueden derivar (inesperadamente) en salmonelosis. ¿Sabes cómo prevenirla?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica la salmonelosis como una de las principales causas de enfermedades diarreicas a nivel mundial. Contra ella, aconseja seguir unas medidas de higiene básica. Desde un punto de vista más próximo, constituye uno de los grandes temores de salud alimentaria, sobre todo, durante el periodo estival.

Y es que, aunque la mayor parte de los casos por contagio por salmonella son leves, pueden llegar a ser mortales si no se toman los controles necesarios. Si no conoces de cerca los riesgos de esta bacteria y su introducción en el organismo, te contamos dónde aparece, cuáles son los síntomas de la salmonelosis y cómo prevenirla no solo en verano, sino también el resto del año.

¿Cómo se contrae? Las causas y los síntomas

La salmonella es una bacteria presente en animales salvajes y domésticos, no importa si son pájaros, canes, reptiles o cabezas de vacuno. Normalmente, el contagio a humanos se produce cuando una persona sana ingiere un alimento contaminado con este tipo de bacilos (carne, huevos, aves de corral y leche o productos lácteos). Se trata de una bacteria muy resistente que puede sobrevivir durante varias semanas en ambientes secos y que puede recorrer toda la cadena alimenticia hasta los hogares.

Los primeros síntomas de salmonelosis aparecen entre las 6 y las 72 horas posteriores al contagio y son fácilmente identificables: aumento brusco de la temperatura corporal, vómitos, diarrea, dolor abdominal… Aun así, la enfermedad como tal no dura más de una semana y, en ocasiones, no llega a requerir tratamiento. Pero los casos de niños, ancianos y personas inmunodeprimidas requieren un control más exhaustivo de su evolución y, posiblemente, un tratamiento antimicrobiano.

Prevenir la salmonelosis: un reto posible

Las comidas frías con salsas (como la mahonesa) y/o huevo, las hamburguesas, hortalizas mal lavadas … Son muchos los focos de contagio de salmonelosis y no todos son fácilmente identificables. Por eso, tanto la OMS como los expertos sanitarios recomiendan:

  • Evitar la leche cruda y los productos elaborados con ella
  • Mantener la higiene correcta durante la manipulación y el cocinado de alimentos
  • Lavarse las manos con frecuencia y, sobre todo, después de estar en contacto con animales.
  • Evitar el agua de dudosa potabilidad y, a poder ser, hervirla antes de su consumo.
  • Cocinar bien los alimentos
  • No romper la cadena de frío
  • Lavar bien la fruta y la verdura y, en caso de duda, quitarle la piel
  • Prestar especial atención a los huevos

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