¿Qué tienen que ver la testosterona y la calvicie?. Muchas personas se hacen esta pregunta, especialmente si tienen problemas de pérdida de pelo.
Es cierto que tradicionalmente se ha dicho que los hombres calvos son más viriles porque, supuestamente, a mayor cantidad de hormona masculina testosterona, mayor es su vigor sexual pero también se les cae antes el pelo. Sin embargo, en realidad el tema es bastante más complicado que eso.
Y es que este es uno de esos mitos que, a poco que investiguemos e indaguemos sobre los últimos hallazgos científicos, o consultemos a los expertos, se acaba cayendo. En realidad, vamos a descubrir en este artículo que no es cierto que un hombre por ser calvo tenga más testosterona; porque al final, todo -o casi todo- están en los genes.
¿Qué tiene que ver la testosterona con la caída del cabello?
¿Entonces cuál es la relación entre la testosterona y la caída del cabello? ¿La testosterona produce calvicie? Los expertos coinciden en que la causa más común de caída del pelo es la denominada alopecia androgenética (o androgénica). A los 40 años un 50% de los hombres son calvos; pero ojo, porque a esa misma edad, un 30% de las mujeres también presentan algún grado de calvicie.
¿Qué es lo que ocurre? Pues que aunque la alopecia androgenética esté relacionada con la presencia de los andrógenos -las hormonas sexuales masculinas– y sus efectos en el cuero cabelludo, dichas hormonas están presentes en los mamíferos tanto en los machos como en las hembras, y se producen tanto en los testículos como en los ovarios.
La diferencia estriba en que andrógenos como la testosterona aparecen en concentraciones 10 veces superiores en sangre en los hombres que en las mujeres, ya que de hecho los varones producen 20 veces más cantidad de esta hormona masculina, que resulta fundamental para que desarrolle su aparato reproductor y caracteres sexuales secundarios, tales como el incremento de la masa muscular o la aparición del bello corporal. Es importante reseñar no obstante que la testosterona es importante para la salud de ambos sexos.
Aunque los estudios científicos han confirmado que la testosterona es en parte responsable de la caída del pelo, en realidad, tal y como explican en este artículo de una clínica especializada en tratamientos de cabello no es la testosterona la que actúa sobre el cabello, sino otra hormona que el cuerpo produce a partir de la testosterona: la dihidrotestosterona (DHT).
¿Qué es la dihidrotestosterona o DHT?
Siguiendo con la explicación, la dihidrotestosterona o DHT es una hormona que se genera cuando la hormona testosterona se combina con la enzima 5-alfa-reductasa tipo 2; es decir, el problema no es que tengamos testosterona (que la tenemos hombres y mujeres), sino qué ocurre cuando ésta llegue al cuero cabelludo; si al llegar no está presente la enzima 5-alfa-reductasa, la testosterona no se transformará y permanecerá sin cambios.
Pero, ¿y si está presente la enzima? Es entonces cuando se produce la reacción bioquímica que desencadena la formación de la DHT, que ataca a los folículos al considerarlos cuerpos extraños, lo que hace que se vayan debilitando y atrofiando, y reciban menos irrigación sanguínea y nutrientes. De esta forma el cabello se va volviendo más y más débil, se cae antes y finalmente deja de crecer.
Los estudios desarrollados sobre este tema han confirmado que no existe una relación directa que permita decir que el exceso de testosterona produce calvicie; es más, si se comparan los niveles de testosterona en los hombres calvos, con aquellos que no lo son, vemos que no existe una correlación: los hombres con alopecia pueden tener niveles similares o incluso inferiores de esta hormona en comparación con los que no padecen este problema.
¿Cómo eliminar el DHT en el cuero cabelludo?
Queda claro por tanto que no es la testosterona la que ataca al pelo, sino la hormona DHT que se genera a partir de su interacción con una enzima; pero además, las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años sobre este tema han demostrado que debe existir una predisposición genética en la persona para que el cabello se vea afectado por la presencia de DHT: es decir, no es la presencia del DHT lo que desata la calvicie… sino los genes.
Aún se sigue investigando qué genes desarrollan en el individuo una sensibilidad de sus folículos a la presencia de la hormona DHT. Lo que está claro es que aquellos individuos que tienen alopecia, están genéticamente predispuestos a que su cabello se vea afectado por la presencia de la dihidrotestosterona. Pero ojo, porque no todo el cabello se ve afectado por igual: pensemos por ejemplo en el cabello de la nuca o la zona parietal, o el de la barba.
Un hecho curioso a destacar es que contrariamente a lo que se pensaba, la predisposición genética a la calvicie no se hereda por vía paterna, sino materna. Así se desprende de un estudio científico realizado en 2017 por la Universidad de Edimburgo, que concluyó que existen 280 genes que intervienen en la pérdida de cabello y que muchos de ellos están en el cromosoma X… que los hombres heredan no por línea genética paterna, sino materna.
¿Hay esperanza para los calvos?
El hecho es que todos los expertos coinciden en que más del 90% de los problemas de calvicie que experimentan los hombres, están condicionados por la genética… Eso puede desilusionarnos en parte, ya que resulta más que difícil luchar contra la herencia de los genes… ¿O no?
En los últimos años ha habido importantes avances en el tratamiento de la alopecia; aún no se ha conseguido que el pelo vuelva a crecer allí donde el folículo queda atrofiado -por ejemplo por la acción de la DHT- pero, con el tratamiento adecuado, se puede frenar la caída y evitar que la alopecia siga progresando, por ejemplo mediante el empleo de minoxidil.
Precisamente una de las vías que se está explorando es el uso de tratamientos con finasteride (también conocido por el nombre del fármaco Propecia) para desactivar o eliminar la enzima 5-alfa-reductasa, ya que esto supondría que la testosterona no podría combinarse con ella, y por tanto no se produciría la hormona DHT que ataca y atrofia el cabello.
Otra vía de investigación muy prometedora de cara a los próximos años es el uso de células madre. En 2012 se descubrió que las células madre seguían estando presentes en los folículos de las zonas calvas, pero que por algún motivo no evolucionaban al siguiente estadio; hoy día se sigue investigando cómo activarlas, pero ya se usan injertos de células madre del propio paciente trasplantadas de la zona donante a la zona receptora, con resultados prometedores.
Es de esperar que en los próximos años sigamos viendo importantes avances científicos en el campo del tratamiento de la caída del cabello, ya que es un problema -de consecuencias no sólo estéticas, sino también psicoemocionales y sociales- que afecta y preocupa a muchas personas, tanto hombres como mujeres. Pero eso sí: desterremos de una vez el mito de que la testosterona y la calvicie van unidas… o de que los calvos son más viriles. Sólo tienen genes distintos.